El acné es una enfermedad inflamatoria de la piel que involucra las unidades pilosebáceas. Se caracteriza por la formación de comedones, pápulas, pústulas, nódulos y quistes. Aparece principalmente en la cara y la parte superior del tronco.
¿Es importante tratarlo?
Es importante disponer de un diagnóstico adecuado y de un abordaje dermatológico integral para evitar o atenuar las posibles secuelas del mismo, siendo frecuente la formación de cicatrices y de cambios pigmentarios. Una vez se han producido dichas cicatrices, es posible mejorar su aspecto; sin embargo, los dermatólogos creemos que es clave prevenir al máximo su aparición.
¿Por qué tengo acné?
El acné es multifactorial, existiendo determinantes genéticos y ambientales que influyen en su aparición y/o empeoramiento. En todos los casos existe un factor hormonal, que puede actuar de una forma más transitoria, pero en muchos casos, particularmente en mujeres, puede tener un comportamiento crónico o recurrente.
Más del 80% de los adolescentes pueden verse afectados por esta enfermedad cutánea en algún momento, y en algunos casos puede mantenerse o reaparecer en la vida adulta.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento dependerá de su extensión y su gravedad, así como de la tendencia a la producción de cicatrices y de otros factores específicos de cada paciente, como su edad, su estado hormonal y otras características cutáneas. Los dermatólogos, además, tenemos muy presente el impacto psicológico y en la calidad de vida del paciente.
Es importante iniciar un tratamiento dermatológico adecuado de forma precoz, ya que puede evitar las cicatrices físicas y el impacto psicológico.