Sí, los dermatólogos hablamos del eccema de manos prácticamente como una enfermedad o entidad propia, especialmente en los adolescentes y los adultos.

Aunque los eccemas pueden presentarse en distintas partes del cuerpo, las manos son muchas veces la única zona afectada por nuestros pacientes.

Existen además muchos tipos de eccema crónico de manos. Por ejemplo, son frecuentes las formas recurrentes, como el eccema vesicular o dishidrótico, y otras formas más persistentes, como el eccema hiperqueratósico o el eccema de manos atópico.

Esta localización tiene un gran impacto en la calidad de vida de las personas, dado que además de picor es frecuente que se produzcan pequeñas grietas o fisuras que son muy dolorosas. Incluso es posible que no puedas aplicar ciertas cremas porque te producen un gran escozor.

La evaluación dermatológica en estos casos es exhaustiva y exige valorar agravantes, como los relacionados con el entorno laboral o con la manipulación de determinadas sustancias que contactan en nuestra piel. En muchas ocasiones, complementamos la valoración clínica con la realización de pruebas de alergia cutánea, como las pruebas epicutáneas en Dermatología.